Hay tantas preguntas sobre este tema y la verdad yo tenía las mismas al principio: ¿son iguales? ¿en qué se parecen? ¿cuál es la diferencia? ¿cuál es mejor? Y un sinfín mas.
Para comenzar, no son iguales. Yoga es una práctica que se originó en India y busca el equilibrio y conexión entre cuerpo-mente-espíritu, a través de la mantención de posturas y trabajo de la flexibilidad. En el caso de Pilates, este es método creado en Alemania por Joseph Pilates, y su fin es lograr la conexión del cuerpo y la mente a través de ejercicios físico realizados en base a repeticiones (no mantenciones) conectados siempre con la respiración.
Ambas disciplinas tiene una fuerte conexión con la respiración, pero aplican diferentes formas de respirar durante la práctica. Por una parte, al practicar Yoga nuestra inhalación y exhalación serán por nariz; al inhalar se busca descender diafragma inflando nuestro abdomen y al exhalara botamos todo el aire llevando el ombligo hacia nuestra espalda. Por otra lado, la respiración en Pilates se caracteriza por que su inhalación es por nariz pero su exhalación por boca; al inhalar se debe separar costillas y al exhalar se acercan costillas entre sí y se lleva el ombligo hacia columna.
En relación a cuál es mejor, déjenme decirles y confirmarles por experiencia propia que los dos son maravillosos, sumamente positivos para nuestro bienestar integral y además se complementan entre si perfectamente, ayudándote mucho a sentirte bien no solo en el ámbito físico, sino también en el aspecto emocional.
¿Cómo saber cuál elegir? Primero prueba ambas y luego analiza cuál se acerca más a tus metas personales. Quizás te funciona mejor una actividad que tenga un mayor enfoque en la tonificación y trabajo de fuerza como Pilates, o puede ser que necesites un disciplina que te acerque a tu lado más espiritual a través de una práctica. El autoconocimiento es primordial para poder tomar decisiones que se alineen con nuestras necesidades y capacidades.